martes, 19 de mayo de 2015

«Basil Howe»: Chesterton sobre las semillas del amor.

G.K. Chesterton y su esposa Frances Blog

G.K. Chésterton publicó su primera novela, «Basil Howe. A story of young love», a los veinte años. Me la prestó Miricristini y no la había leído. Hasta ayer. Uno echa de menos al Chesterton agudo de «Ortodoxia», «El hombre Eterno» o del «Padre Brown». Aún así, se pueden ver en «Basil Howe», en etapa germinal, la sabiduría de la paradoja y la humildad como claves para vivir bien la vida.

Mientras leía señalaba párrafos que me llamaban la atención. Aquí van. La última cita vale el libro:
"Gertrude sintió que algo cambiaba en su interior. Nunca se había considerado el lado bueno de nadie, pero aquel severo extraño no hacía nunca cumplidos. Sintió que realmente debía respetarla, y no le disgustó la idea. El continuó remando, y empezó a envolverlos el crepúsculo, mientras la ropa avanzaba por las aguas calmas y oscuras […] Gertrude volvió a sentir de nuevo el inusual y conmovedor honor de ser objeto de respeto inmerecido […] Sintió como se avivaba aquella nueva chispa de curiosidad por resolver aquel enigma que era Basil Howe" 
"Este tipo de fe personal parece estar en posesión de los huérfanos, de los nómadas, de los hombres de mundo, pero a cientos de niñas como ellas se las educa en el seno de las familias sanas y estables, sin pensar nunca en la religión excepto como en algo vago, hermoso y correcto, que ha de aceptarse automáticamente" 
“Se dio cuenta de que, mientras nueve de cada diez personas la hubieran aplastado con una escena melodramática de noble ofensa, él había formulado rápidamente su respuesta para convertir en suya la falta, lamerle las heridas y borrar la humillación de sus pensamientos." 
“«–(Basil)…Oh…  no es nada… Sólo me preguntaba cómo sería conocer a un ser humano al que le importara si estoy vivo o muerto». Gertrude se echó a temblar de la cabeza a los pies por el impacto de la revelación. Apenas podía explicarse qué era lo que había visto, pero había comprendido algo, no era una idea sino una sensación, pero una sensación que no era vaga sino intensa, la sensación de haberse tocado con algo inmensurablemente espléndido y triste: la puerta prohibida se había abierto de par en par para dejarla vislumbrar un vasto silencio" 
“El caso es que los sabios atenienses iban con las mujeres malas cuando querían ingenio y con las buenas cuando querían la cena" 
“Pues bien, todos estos parientes combatían entre sí, y era inevitable que muriera alguno. La ventaja es evidente. De esta manera hacían una liquidación de parientes una vez al mes; previniendo de ese modo el indebido incremento de allegados que es en mi opinión la raíz del pesimismo de nuestro vilipendiado s. XIX" 
“Gertrude era perfectamente natural, pero todos los que la conocían bien acababan sintiendo lo mismo. Nunca lograban acercarse más a ella. Algunos terminaban por pensar que no había nada en ella qeu no fuera espíritu animal, otros que había algo que se les escapaba." 
“Los poetas están casados con sus ideas; si se quieren casar del modo convencional, que se casen con tontas que los cuiden bien y no intenten entender sus pensamientos”  
“Y la elección del primer par de ojos tiene una importante ventaja sobre la del segundo par, y es que es posible que esos ojos sigan viendo a su elegido de la misma manera hasta el final" 
“Escuchen pues la conclusión de este asunto. Confíen en el corazón humano: es cierto y torpe, pero es lo mejor que tenemos. Vuela más recto que la lógica: esto es así siempre. No podemos guiarlo: confíen en él." 
“-Pues entonces el bufón volvió arrastrándose a su escalón y, hablándole a la sonriente cabeza que tenía en la mano, le dijo: «Muy señor mío, me has sonreído de oreja a oreja durante veinte años, pero ahora se me ha concedido otra sonrisa, y no la volveré a ver: pero puesto que se ha dignado a hablarme, dedicaré mi vida a su recuerdo; y tú, rufián, márchate»" 
-“El amor tal y como lo entiende la mayoría de la gente -continuó Gertrude cuidadosamente-, es una cosa muy hermosa y necesaria, pero es la apuesta más arriesgada que inventó el genio humano. La gente que se enamora al conocerse… la gente que se enamora a primera vista, y son la mayoría, se ven el uno al otro, no diré falsamente, pero sí poética y vagamente… Supongo que es bueno que Dios instituyera esa sana ilusión para hacer que los jóvenes se interesaran por la humanidad, que les tapara con esa encantadora venda unos ojos que de otro modo pueden hacerse demasiado inquisitivos y cínicos; pero es la mayor charlatanería del mundo pretender que no es así; o que los enamorados se conocen en el sentido práctico de la palabra. No se conocen: ven «un dios visible», y eso termina...
Pero existe una especie de amor; un amor que les llega a dos personas de vez en cuando, que es diferente; el amor que brota del conocimiento. El amor que en cierto momento, probablemente en las oscuras horas de la infancia, brota de la compañía, del intercambio constante de sentimientos, de una influencia mutua constante. Lo años pueden pasar, interponiendo separaciones de casi una década, incluso peleas y celos, pero esas dos personas se conocerán mutuamente hasta el final de los tiempos; sólo tendrán que mirarse el uno al otro para ver los secretos que esconden en la mirada, con tanta claridad como si fueran palabras; el lazo que los une no será, no puede ser, desatado por ninguno de los dos. Lo que significan el uno para el otro, el poder que tienen el uno sobre el otro, por que en algún momento han visto literalmente el corazón del otro, en el momento de una gran confesión. Eso es el amor: pero sólo les llega a unos pocos… a unos pocos."

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